Tareas Libros Pendientes En "Clase"

Aprendiendo a Hacer Literatura

Para agrandar la letra ir a Ver > Tamaño del Texo, o tocar Ctrl y + en Firefox.

Sobre la Tristeza

jueves, 22 de noviembre de 2007

corregido del 14/09/07

Es que la memoria me trae recuerdos cual destellos, que me muestran un segundo de recuerdo y enseguida me enceguecen el presente y el pasado. Será que me estoy volviendo viejo, creo, y que mi meoria falla. Es, veo, unos niños de túnica y moña tirándose un spray, y ya hace casi diez años de esto.Diez años de la escuela es ser todavía joven, la vida es larga pero somos cortos. Y enseguida me acordé, la visión se me nubló, y los niños no tenían ni cara, ni color, ni nombre.
Y dale que te dale, dejo de mirar para arriba y le doy. Hay que caminar mirando para adelante por más que por un rato las caras no tengan ni nombre, ni color, ni cara. Pero los recuerdos cual destellos vienen sin avisar, al igual que aquellos como focos, salvo que los unos desaparecen, y los otros no nos abandonan, y como no nos abandonan sabemos que no, no nos hemos olvidado de nada.
Los que no nos abandonan, son más vividos. Son una cara con color, con nombre y con cara, pero también son su respiración, son la luz, el olor, la temperatura, el viento, la humedad, la ropa que teníamos puesta, si estábamos cómodos, incómodos, teníamos sueño, hambre, o estabamos llenos después de un buen desayuno. Y estos recuerdos, también nos recuerdan cómo nos sentíamos. Qué es la tristeza, qué es la felicidad, qué es la indiferencia, qué es el aburrimiento.
Me dictan un olor y un color de cielo, que la tristeza es estar parado esperando un bondi, con frío, de noche, habiendo la fiesta terminado antes y de peor manera que la que esperabamos, y que de repente se largue a llover. Mirar a la lejanía, y ver que los ojos nos juegan una broma pesada imaginando un par de luces, y nos estamos por fumar el filtro del último cigarrillo, y no, no nos da para comprar otra caja, y aun si nos diera, no encontraríamos dónde. Que la tristeza es saber que estamos muy lejos y muy cansados como para caminar hasta nuestra casa, que la sabemos vacía, fría y desprovista, pero al menos seca. Que la tristeza es constatar nuestro error al no dormir en la tarde, que las vueltas que dimos serán infructuosas: la minita con la que hablamos no nos va a dar pelota, la que era nuestra novia ya rearmó su vida (Ya no es mágico el mundo, nos han dejado) y nosotros estamos en la parada de un bondi, con frío, de noche, habiendo la fiesta terminado antes y de peor manera que la que esperabamos, y de repente se nos larga a llover; miramos a la lejanía, y los ojos nos juegan una broma pesada imaginando un par de luces, y nos estamos por fumar el filtro del último cigarrillo, y no, no nos da para comprar otra caja, y aun si nos diera, no encontraríamos dónde, y que estamos cansados como para caminar hasta nuestra casa, que la sabemos vacía, fría y desprovista, pero al menos seca. También constatamos nuestro error al no dormir en la tarde y que las vueltas que dimos serán infructuosas: la minita con la que hablamos no nos va a dar pelota, la que era nuestra novia ya rearmó su vida y nosotros finalmente comprobamos que tristeza es pensar en círculos, que recorren el mismo camino una y otra vez, de ida y de vuelta, y que eso es la Angustia y eso es la tristeza.

En esta corrección, opté por la frase "cual destellos" en el lugar de "como flashes" en la primer parte del texto. Aparte de evitar una palabra extranjera castellanizada, que suena por demás fea, la elección de esos dos términos no es aleatoria. El concepto que quería, realmente me di cuenta, era el de "destellos", y además esta nueva frase obedece a la métrica y sonoridad anterior, permitiéndome así mantener la cierta línea poética que lleva el texto, o que intenta llevar.
Otra nota importante, es sobre la palabra "Angustia". En el original decía "rutina", pero no era la rutina de la que hablaba yo. Tal vez sí, de el significado personal que tiene la palabra rutina para mí, pero nadie lo iba a entender, y el término Angustia con mayúscula iba a ser mucho más claro. Si bien tampoco hablo de la Angustia per se (definición de la RAE), hablo de un sentimiento que las contiene a ambas, y a todas juntas. Transcribo en las siguientes líneas un fragmento más que explicativo:
"rutina... No. Tedio. Tampoco, porque es masculino, como el Aburrimiento, así, con mayúscula, y tampoco es eso. Dijera mi profesor: 'es asunto mucho más serio que estar aburrido el sábado y no tener plata pa'l baile, che'. Me decido por Angustia, con mayúscula, y que los literatos o sus intentos se rebanen la cabeza in order to define it."

Diego Pérez, Montevideo, 22/11/07

posted by Diego at 10:26 0 comments

Nuevas Lecturas

martes, 30 de octubre de 2007

Llegó la última clase, y ahora se me han recetado lecturas, que iré completando a lo largo de mi vida, supongo.

Grecia:
  • Ilíada
  • Odisea
  • Aristófanes
  • Trágicos
Roma:
  • Virgilio
  • Horacio
  • Ovidio
  • Catulo
  • Tibulo
  • Profercio
Medioevo:
  • El Libro del Buen Amor, de Juan Ruiz
  • Los Cuentos de Canterbury, de Chaucer
  • DANTE de cabo a rabo
  • Decamerón, de Bocaccio
Francia:
  • Blaise Pascal
  • Michel de Montaigne
  • Cuentos Filosóficos de Voltaire

Etiquetas: Libros

posted by Diego at 6:54 0 comments

Dale Pasado Corré e

martes, 9 de octubre de 2007

Digamos que es una curva, en la que quise empezar por lo más elevado de todo, y luego me pasé para la guarrada, pero sin llevarla con altura. Falta de ideas y de tiempo. Normalmente sería un borrador, pero como esto es taller todo sirve. Saludos Juan!


- ¡Basta pasado de perseguirme de lejos! ¿No te alcanzó con el tiempo que fuiste presente? ¿No te parece que he hecho lo suficiente para alejarme de vos? ¿Y por qué me perseguís así, de lejos? No te parece de una crueldad fantástica, seguirme tan de cerca sabiendo que no me vas a alcanzar, y que yo como soy un hombre sólo puedo ir hacia adelante? ¿Que no importa hacia donde mire, mis pies, o el piso, se van a mover inexorablemente en dirección opuesta a vos? ¿No te parece cruel llamarme la atención cada vez que me doy vuelta, cada vez que miro al frente? ¿Cuántas veces más me vas a llamar la atención de un piedrazo? -Pero claro, el pasado no entendía de palabras, y mucho menos de razones. Otra vez le sacaba el polvo a los discos viejos, a la campera ya con agujeros, ya desteñida, prendía y apagaba con desdén su pipa, con el encendedor que el pasado le había obsequiado, y otra vez pensaba en los olores, en los sabores, en el vaivén del pasado caminando a su lado, esperando que a ambos el humo y el olor del tabaco los aplacaran de alguna manera. Se podía decir que le había vuelto a doler; ya la esquina era de nuevo la esquina de ese invierno, de esa primavera que no fue tal, de ese verano que fue verano por poco, ya el cartel ese volvía a ser el cartel que estaba a fuego en las memorias de ambos, ya la librería no era sólo un lugar donde vendían libros, ya la mañana, ya los barcos, los autos, la soledad y los comentarios habían vuelto a ser lo que eran, como cuando el pasado lo corría bien de cerca. Hacía tiempo que no se le plantaba como un eterno espejismo detrás suyo.

Etiquetas: corregido?

posted by Diego at 22:53 1 comments

Nace Una Estrella

jueves, 6 de septiembre de 2007

-Lo más jodido es tirar los fetos, pero alguien tiene que hacerlo, botija. Uno es un infeliz, y tiene que comer de algo, viejo, y si tiene que ser un pinche que tiene la tarea de mierda de tirar los guachitos a la bolsa, que va a un camión, que después se quema para que nadie descubra el tongo que tiene el médico este, lo hace. Y yo sé que me paga para no hacerlo él, porque claro, el señorito es médico, y tiene que ir a la iglesia y a charlar con las viejitas cocoras sobre lo desviada que está la sociedad, y ya no hay valores, y tomar el té y comer masitas. Pero por favor. Allá en el barrio la Marta es partera y abotista, y tiene que tirar a los fetos ella, y la pobre queda agotada, pero por lo menos está convencida y no la caretea como el cornudo este, porque es cornudo, ¿te dije?, pero no importa. Y no te digo cuando a la Marta se le muere una chiquilina, pero por suerte (para ella), casi nunca se le muere arriba de la mesa. Por eso me contenta ser tan feo, viste. Me rompe las bolas no ponerla sin garpar, pero por lo menos no hay ni críos ni abortos, que allá en el barrio son un penal. Por suerte las viejas que te miran feo y comentan si te abortaste se están muriendo, porque no saben cómo la pasan las pobres pendejas, y las viejas esas también se quejan de que los guachos roban y hacen ruido. Son como este médico, su iglesia y sus viejas de mierda, pero sin plata, sin trajes, vestidos, sirvientes, masitas, ni té. Pero te vuelvo a lo mismo, mi trabajo es una mierda, pero alguien tiene que hacerlo, y a mí me pagan bien. Será en negro, no será legal, pero es lo que un pibe como yo puede conseguir.
-Muchas gracias -y apagó su grabador- Vamo' a tomar una, que yo invito.
-Dale.

Días después, el periodista publicó esta entrevista, de la que transcribo un fragmento, junto con una "crítica" reflexión como se acostumbra ahora, en un afamado suplento de un diario de gran tiraje. La sociedad se interesó por las clínicas privadas abortistas, ubicadas en los barrios más caros, y con una clientela igual de adinerada, y también del "problema social", como decían los analistas, de los abortos como los de "la Marta", que estremecían a cualquiera que se lo imaginaba. Atravesó el periodista también acalorados debates radiales y hasta televisivos con miembros importantes de la iglesia, que se sintieron ofendidos por las entrevistas, en especial el fragmento transcripto, y aprovecharon para hacer campaña en contra del aborto. Pasadas dos semanas, la sociedad olvidó el tema, y esperó para devorar con ansias otro reportaje del estilo, con declaraciones a trabajadores de este estilo, y la marca de la pluma de esta nueva estrella. A los meses tendría su propio espacio televisivo, junto a otros afamdos comunicadores, con una propuesta joven, e informes llenos de música tétrica, explicando difíciles estadísticas con lenguaje simple que hasta Doña Moncha y Don Pepe pueden entender, pero perdiendo un montón en la traducción. Lo que dice el dicho, ¿no? tradutore traditore. Y aun así muchos pensaran que este señor les está mostrando la realidad de una manera crítica y profunda, cuando sólo está rascando la superficie de los problemas, pero de una manera linda y simpática. Maliciosa, en otras palabras. Pero bueno, es lo que hay, botija.

Etiquetas: Tareas

posted by Diego at 20:58 0 comments

Sitiados

domingo, 12 de agosto de 2007

Hacía casi 24hrs que no podíamos ver la luz del sol. El calor era sofocante y la situación se nos había tornado muy dura. Si bien teníamos provisiones para aguantar un tiempo más, no lo era mucho. Eramos 5 jóvenes en un espacio oscuro y reducido. El algodón para nuestros oídos casi no alcanza, y definitivamente las lapiceras y el papel escaseaban. Al único lápiz que teníamos se le había roto la punta, y ya casi no nos podíamos comunicar. Por más fuerte que habláramos, no nos íbamos a escuchar, y tampoco nos convenía mucho; allá afuera tenían el oído mucho más agudo que nosotros, eran más, y sus miembros no estaban entumecidos por las horas de sedentarismo. Además podía adivinar que la luz a nuestros ojos, ya tan acostumbrados a esa horrible oscuridad, haría estragos, y estaríamos, aparte de entumecidos, ciegos, en completa desventaja contra ese ejército. Marcos y Julián se comunicaban por señas; habían sido compañeros de escuela, y en poco tiempo recordaron ese sistema, que los había entretenido por tanto tiempo en la infancia. En charlas anteriores, los podías oír cómo recordaban con amargura esos tiempos, cómo se entristecían de que ahora el mundo estuviera divido por una verdadera causa popular. Que la iniciativa de salir a las calles hubiera sido espontánea. Que esta vez no se peleara por una empresa, por un interés de un capital, de un grupo de presión, de un megalómano cualquiera, que se peleara por el bien, y la verdad, la filosofía y la literatura. Por creer en un mundo mejor leído. "Esta es una guerra más justa, pero a su vez más encarnizada", repetía Marcos. Marcos, Julián, Jorge, Lucas y yo estabamos convencidos por lo que luchábamos, al igual que cientos de jóvenes, viejos, y gente de letras en el mundo entero. Una crisis inusitada se había desatado en todo el mundo, porque a un grupo de revolucionarios se les dio por soñar, y por convertir ese sueño, esa verdad literaria, en un pedacito más de la realidad. Porque a la gente, en un afán más libre que otra cosa, se le había ocurrido hacer justicia contra una de las grandes encarnaciones del mal en el mundo, y algunos habían decidido defenderlo. Defender la mentira, pero sobre todo, la mala literatura.
Al rato les movieron una piedra que les hacía de escondite, apuntando uno con una lanza, pues era el único arma con el que podían realmente dañar a alguien en su poder, y otro destapándose los oídos, preguntó, ya feliz de no escuchar románticos latinos, quién vivía.
"Las hemos desplazado. Volvieron a los centros comerciales, donde anidan y hacen cuartel. La ciudad está devastada. Vengan con nosotros al sótano, que parecen malheridos"

Lo acompañaron, a él y a su tropa, al sótano de una pequeña librería con olor a viejo, en donde se cruzaron con varios compañeros.

Etiquetas: argumento, una historia

posted by Diego at 23:44 0 comments

Argumento para un cuento, o para una novela corta, si nos ponemos exquisitos

Es una nación del caribe, que se alza en una revolución, en donde el gobierno que se impone, impone el realismo fantástico como forma de gobierno. A pesar de que la crítica no señale que esa corriente haya tenido jamás aceptación en el caribe, los revolucionarios se muestran optimistas. Aun así, implantan la moral (junto con un plan de alfabetización) de que el mundo es un juego perverso en el que las cosas pasan porque sí. Convierten las iglesias en clubes de lectura para los chiquitos, en donde les cuentan cuentitos y fábulas, de una piedra en el medio oriente, un carpintero loco por esos lados también, un flaco que abría los mares, vikingos, piratas y magos. Los chicos salen con una cultura general increíble, pero no tienen la más puta idea. El shock es gigante cuando hablan con un extranjero.
Por la calle pasan leones y tigres, para sorpresa de los turistas y desgano de los nativos, que están podridos de la rutina.

Tienen formas bizarras de adquirir fondos: un par de veces venden "memorabilia" de la revolución, de forma encubierta. Digamos que en un discurso, al gobernante se le vuela el sombrero. El turista, un europeo anónimo, lo agarra de casualidad y todo el mundo lo ve (el mundo en general está interesado en esta nación, porque le parece muy pintoresca). Luego, aprovechando la histeria general por productos de la isla (como no podía ser de otra forma), vende carísimo ese sombrero por ebay. Mientras que la gente piensa "qué hijo de puta este, la guita que se hizo por esta boludés", él pasa los fondos al estado este y el estado construye escuelas y subsidia ocupaciones extrañas. Siempre es uno distinto. Este negocio tiene la particularidad de, no sólo generar fondos directos al estado, sino que también fomentar el turismo, de gente que ve ese tipo de cosas, y quiere también que le pase algo de eso. Además, con cada operación exitosa, el Servicio Secreto de la Nación, levanta enormemente su moral, haciéndose más eficiente y feliz.

Aparte de los buscavida que van a estar a la caza de la "memorabilia" (que nunca van a agarrar, porsupuesto), los profesores de letras del mundo van a veranear ahí, a veces hasta subsidiados por el gobierno. Los estudiantes de esa nación, a la que hay que buscarle un nombre sonoro, sueñan con viajar a París. Los que viajan (que son muchos), son frecuentemente detenidos a orillas del Siena, teniendo sexo con alguna mujer que se hace pasar por linyera que anda ahí. También toman vino, escuchan jazz y se les mueren los hijos, pero sólo los de nombre largo que nacen en Francia.

El sueño del país se acaba cuando Paulo Cohelo visita la isla, y es brutalmente asesinado por una turba enardecida de turistas y nativos, cuando intenta entrar a una universidad. El Brasil pide desesperadamente un culpable, y el gobierno no puede culpar a todos (No se Culpe a Nadie, replica el canciller), y el Brasil invade. Hay grandes debates en ese país sobre si lo que se hizo estuvo bien o mal. Las ciudades se convierten en un verdadero caos, donde la violencia está a la orden del día, y la lucha entre Cohelistas y Gente se hace sin cuartel. Autos en llamas, comercios destruidos, atentados a librerías. Cunde la histeria. Matrimonios se separan, hijos se pelean con sus madres, maestras de escuela aparecen muertas. Una coalición de mujeres menopáusicas se manifiesta en todo el mundo (antes de la invasión y durante), para pedir la cabeza de los gobernadores realistas, y de todo su pueblo, al ritmo de Ricardo Arjona y Celia Cruz. Tienen encontronazos con contramanifestaciones que responden violentamente a esos pedidos, haciendo también cundir el pánico en el resto de latinoamérica y en España. Alejandro Sanz hace un llamado a la Paz, por televisión, y aparece muerto en su bañera al otro día. El gobierno que estaba en el poder cuando la invasión a la isla, pierde las elecciones al período siguiente dado que "no tienen tantas mujeres menopaúsicas", señalan los polítologos.

El mundo, al tiempo, se estabiliza y sigue igual, pero la nueva generación de jóvenes tiene un nuevo enemigo, aparte de esta serie de "filósofos", que es la corriente reivindicatoria de lo grande que fueron. Se cocina otra crisis. Chis, pum, fuera. Termina "y plaf se acabó".

Etiquetas: argumento

posted by Diego at 21:42 0 comments

Diálogo a la madrugada

-Ustedes son una telenovela –dijo con una sonrisa amarga y le dió un trago a su bebida- ¿No te das cuenta? ¡Así no vamos a ningún lado, viejo! Son otro par de pendejos, pero ustedes no salen en la tele.
El alcohol parecía darle una cierta digindad. La bebida pobremente preparada y más pobremente servida le daba calor. Ya amanecía, y parecía no darse cuenta. Miró de nuevo esa botella de medio litro ya vaciándose, que contenía el elixir de su patética dignidad. Qué cara que había que tener para, después de darle un beso a un whisky con coca tibio, servido en una botellita de las plásticas pequeñas, soltar descalificativos. Él, por cierto, era muy consciente de ésto, pero le importaba muy poco.
-Qué se me vienen a hacer los grandecitos, los liberales, los maduros, los "mis problemas son más importantes que los tuyos, y yo soy mejor que vos porque sí y soy más vivo, más todo, y tus problemas -como los del resto de los mortales- son simples boludeces cuando se los equipara a los míos, porque mi sufrimiento vale más que el tuyo, porque siempre estás triste y no sé qué carajo más", los que la tienen tan clara, si al final terminan llorándome los dos en la puerta de casa, uno haciéndose el que no le duele y la otra haciéndose la víctima, o vice versa, y se me mueren por una llamada de teléfono, un buzo de tal o cual color, una carta o lo que les venga en gana que sea un mensaje del otro. Al final vuelven siempre, aparte.
-Sí, viejo, lo que digas... -le dijo su interlocutor, con la extrañeza que tienen aquellos que no entienden de lo que se está hablando- supongo que tenés razón.
-¡Pero claro que tengo razón! Aparte se creen que lo suyo es tan fuerte, y tan único y tan especial, pero vos ves, que una o dos veces en el mes (andá a saber a cuál le viene ahora, con lo histéricas que son), vos estás tranquilito mirando al techo, por hacerte un café y suena el teléfono, o el timbre y le ves la cara o le escuchás la voz al que fue y -"¡PLAF!" tiró una botella de vidrio, que se estrelló contra el piso- como los vidrios papá, como los vidrios, todos rotos y desamparados.
-Pará máquina, no armés relajo por acá que puede caer la cana y es un embole.
-Y si los huelo (porque a los canas los olés) rajo como ya hice tantas veces, y como hacen el par de cornudos estos cada vez que me rompo el orto para arreglarlos. Lo más terrible es que no me nace hacérles una maldad, nunca. Los hijos de remil puta son muy lindos juntos como para joderlos y no consolarlos cada vez que me tocan la puerta. Supongo que yo también soy un cornudo en ese sentido -sentenció-, y vos no te amotinés con la botella, que también quiero, viejo.
-Sí, perdoná. Rematala que no le queda nada.
Acto seguido le dio un trago bien largo a la botella, y la terminó. Tal vez era demasiada bebida para él, porque empezó a arrastrar la lengua de una manera estrafalaria, y ya sólo se le entendían la mitad de las cosas, que tampoco tenían tanto sentido ni eran tan importantes, al menos en ese contexto y a esa hora. Siguieron caminando, apretaron el paso y bajaron la voz cuando escucharon que se venía una camioneta de policía, pero ésta no les hizo caso y siguió su camino. Ya era de día, y sí, se habían dado cuenta. La apertura de sus ojos (estaban achinados, como dicen), indicaba que los individuos daban cuenta de la luz. Siguieron caminando, y justo llegaron a la casa del primero, el que hablaba.
-Bueno, hoy estamos a siete, ¿no? -el otro movió afirmativamente la cabeza- A la turra esta le va a venir y ya la voy a tener en casa llorando, así que me voy a dormir, que es mejor agarrarla descansado y darle bolilla porque si no me hace un desastre con todo. No' vemo', tchau!.
-Salut ! -saludó el otro, haciéndose el francés y se fue, ebrio como estaba a la casa. El viernes que viene habría una escena parecida, lo presentía.- À bientôt !

Etiquetas: otro texto que pintó si bien el principio es viejo

posted by Diego at 16:05 0 comments

Relato Fantástico

De pronto, mientras volvía en su auto, luego de haberlo insultado más de lo que se merecía, comenzó a sentir de golpe y con furia las pedradas multitudinarias de una lluvia inusual sobre el techo del vehículo.

"¡La putísima madre que lo parió! ¡Pingüinos de punta! No eran chocherías de mi abuela, vieja zorra que es." Dijo, y el auto se le detuvo. Cuando bajó, tenía un par de pingüinos entre las ruedas. Si bien no era la primera vez que atropellaba a un animal, esta vez no sentía culpa. ¿Quién los mandaba a lloverle de punta sobre su auto? De cualquier manera, los tiró en la heladerita que guardaba en el asiento de atrás del auto (una heladerita de camping), que había quedado casi vacía, después de haberle aventado a él, su complemento y a la vez antagonista (el cerrajero de Libertador y Mercedes, a su vez su amigo) la casi totalidad del contenido de la misma a su puesto y a su cara. A pesar de que sabía el negoción uque se iba a hacer con los pingüinos, llenó la heladerita y otra más que tenía con un dejo de culpa, puso el vehículo bajo techo, y esperó a que la lluvia parara.
"'Ta brava la lluvia, eh" Le dijo el de la estación de servicio en la que había refugiado su auto. "Sí, ¿vio? ¿quién iba a decir lo' bichito' esto' pesaran tanto? Mire cómo me dejaron el capó. De suerte que no me rompieron un vidrio." Contestó.
"E' una barbaridá' le digo, una barbaridá. Nunca visto, ¡nunca!". Así terminó, para nosotros, el diálogo con el pistero. En realidad charlaron sobre más cosas (la lluvia fue larga, cuando terminó de llover pingüinos, tuvo que llover un par de horas mucha agua, mucha como para salir en auto, para limpiar el desastre que habían hecho los pingüinos).
Al otro día, cuando salió a trabajar, vio en la portada del diario un puesto de cerrajero flotando por Libertador hacia el lado del Palacio, por la bajada, con un par de pingüinos agarrados. Su horror estaba completo.

Etiquetas: ¿corregir?, ¿terminar?, fantástico, Tareas

posted by Diego at 14:22 0 comments

Teoría y Cháchara

"No hay nada más práctico que una buena teoría, ni nada más impráctico que confundir teoría con cháchara"

Una buena teoría, entendida como un modelo, es como una herramienta práctica, a la hora de hacer cualquier cosa. Digamos, es más fácil cocinar una hamburguesa conociendo cómo (aquí entra en juego la teoría), que hacerlo por instinto. No estamos nacidos para trabajar con fuego, sartenes, ni carne picada.
La cháchara, a la hora de hacer cosas, no puede ser adoptada como modelo, sino que debe ser usada (si debe ser usada) como un paso, una herramienta más. En rioplatense: "gana minitas". Esta expresión, aparte de expresar que facilita la conquista de seres del género femenino, para la posterior recreación del apareamiento, expresa algo muy humano (también), que es eso de soportar cosas que no son tan buenas en principio, ni les tenemos tanto afecto, ni nos generan tanto placer, y hasta a veces disgusto, para llegar a un bien mayor. Discos de Maná, ropa incómoda, limpiar histéricamente la casa, decir boludeces que suenan a teoría, es todo parte de lo mismo. Mientras se utilicen estas cosas como herramientas todo va a estar bien, pero no podemos, NI DEBEMOS, construir ni justificar nada a partir de estas herramientas, que no son más que un elemento secundario a la teoría.
Claro que podemos vivir sin hacer elevadas teorías, ni postular grandes argumentos para todas nuestras actividades, pero de seguro que, queriendo postular cosas a partir de la cháchara, y aplicándolas, no vamos a poder vivir. Bien, al menos.
La cháchara sólo sirve para pasar el tiempo, digamos. No llegamos a ningún lado.

Etiquetas: ¿ensayo?

posted by Diego at 14:05 0 comments

Sonoridad

  • Texto sobre la flacura en el que abunden palabras sonoramente "flacas".

Irina imparte impías clases de aeróbicos. Si de ella dependiera, todo se conjugaría en condicional simple, y "aeróbicos" no tendría o. Obsesiva con la flacura, seguía histeriquísimas dietas, y un estricto régimen de diminutivos y tildes en la i., que llevaba como parte de su simbología en su magra biología. La flacura, como criterio, le cegaba la vida, así como pluma, aferradísima y, por qué no desprolijísima. Esperanza de una grandeza, chiquitísima, al igual que su rutina.

  • Texto sobre la flacura en el que abunden las palabras sonora y semánticamente flacas
Miraba con los ojitos chiquititos, allá a lo lejos finísmas liniecitas que más o menos se curvaban. Una era un hilo, la otra un hilito en la bellísima y tenuísima luz. Con una ternura tal contemplaba, que sus ojitos se érdían, sabía que los ojos de su cumpañía se ceñían acusadores, dejándole finitos finitísimos espacitos chiquitítos para que maniobrase un tímido como Luisito.
"Luisito, jovencito, las lucecitas no son mujercitas delgaditas"
"Quién lo diría, muchachito"

Etiquetas: en "clase"

posted by Diego at 13:34 0 comments

Hombres, mujeres, excepciones

Si bien le reconozco razón al adagio que dice que el hombre es un animal de costumbres, la mujer, en cambio, no.
¿Acaso no murió Freud, padre del psicoanálisis, y del so called "conocimiento del humano" diciéndo que aun no las entendía? Objeciones aparte que se le puedan hacer al personaje, comparte lo que muchos hombres pasaron: "Flaca, ¡No te entiendo!".
Está en la costumbre, en la repetición y la concienzuda observación de las mismas la puerta a la ciencia y al conocimiento como lo sabemos hoy normalmente. No podemos crear un modelo de comportamiento femenino.
Piensen que, la única costumbre que tienen, es la de una vez al mes tirar todos nuestros planes al carajo. Y además, el hombre que se decida a buscar entender a las mujeres, se irá topando, Ley de Murphy mediante, con esas que no son como todas.

Etiquetas: en "clase"

posted by Diego at 13:27 0 comments

Envidiable

viernes, 3 de agosto de 2007

Perder el bondi, en su idiosincracia, es la excusa perfecta para esquivar sus obligaciones matutinas, detestables por ocurrir tan temprano. Los quince minutos arriba del transporte, llenísimo siempre, le predisponían a un mal humor por el resto del día.
Entonces, lo que quedaba era caminar. Cuarenta cuadras, una atrás de la otra, recorriendo de la casa a sus obligaciones con envidiable secuencia. El día no era frío, pero no hacía calor. El cielo tenía el azul ese profundo y helado que tienen los ojos a veces, cuando son azules y están cercanos a las lágrimas.
En ese momento, enseguida antes de empezar a irse, llegó el único elemento que podía generarle dudas de si caminar o no, cuarenta cuadras al hilo, una atrás de la otra, con envidiable secuencia. La duda con pelo negro como el asfalto, la tez muy pálida, contrastando con su pelo, y sus ojos, a tono con el cielo del día. Tenía, la duda, una figura sobria, que contra la luz de la parada, dejaba ver una silueta, que es la que él y todos asociarían con belleza. Belleza Contour-like, con ojos azules.
Intercambió con ella la mirada complice de los que se ven todos los días, pero no mucho más. En un mal día, jugaban al serio de manera indiefinida hasta que viniera el bondi. "Si fuera menos tímido -pensaba- le diría algo", mientras que su compañera pensaba algo por el estilo. Pero los prejuicios y la apatía de la mañana los tenían más que atados a su silencio. Dióse vuelta, tomando una decisión.
Cerró los ojos y los abrió cuarenta cuadras después. Cuartenta cuadras después, y con mierda en el zapato. "Qué raro, mierda en el zapato", se dijo. Se la limpió en un árbol y entró al laburo. Pestañeó y abrió los ojos ocho horas después.
"Estuviste genial hoy. Una eficiencia increíble, nunca antes vista. La verdad que envidiable, señor." Escuchó cosas de este tipo cinco o seis veces. A la última, en lugar del acostumbrado "gracias" respondió con un "seguro". Ya se había convencido de que había estado genial.
Hacían ya 16 años que volvía sin un golpe y con varios elogios a su casa. Por eso lo había sorprendido el hecho de pisar mierda de perro. Aun así, la empresa era un misterio para él. Su jefe lo presentaba, le decían, como "el fantástico", por su envidiable secuencia y consecuente eficiencia.

Etiquetas: el que tiene los tres elementos y un ¿elemento fantástico?

posted by Diego at 20:38 0 comments

Cortesías

domingo, 22 de julio de 2007

¡Qué dificultad le implicaba entender a la gente!. Su novia, por ejemplo. Tres meses y a almorzar con Papá, Mamá, y "el enano", a presentarlo en sociedad, y decir "este es mi novio". El horror se iba a poder ver en su cara. Si alguien tomaba un primer plano de su expresión, iba a notar el sudor que caía de su frente, sus facciones poniendose coloradas, sus venas latiendo, sus poros abriéndose y... "No, basta" Se dijo, "todo va a salir bien".
Supongo que era el problema con las novias en general, y los que, como él, formaban ese grupos de indecisos, que no conocían, o creían que no conocían, las leyes de la cortesía. ¿Cuál era la clave para caerles bien? Esta duda lo azotaba últimamente, recordaba bien una ocasión. Él mirando al cielo, evitando el paisaje de los jardines, con la cabeza contra el pasto, y preguntándose eso mismo, que cómo les iba a caer bien. El miedo que les tenía era tremendo, tal vez infundado, pero bueno, así era él. Ella, a su vez, se le acercó, y dejándole oler su perfume, que mezclado con el olor del pasto se convertía en una de esas músicas que decían los románticos (que los aromas le inspiraran música y cuadros y que había algo más en todo lo que veía, pero que estabamos velados, y el velo se lo podían meter en el orto, porque estaba tirado con su novia mirando al cielo y sentía eso por lo que esos tipos teorizaban cientos de páginas sin tanta complicación, así que qué tanto lío), le decía que todo iba a estar bien, que se tranquilizara, que todo iba a estar bien, y él no tenía más remedio que creerle.

Entonces llegó el domingo. Quedó en llevar un vino para el viejo, cuidadosamente elegido antes, y se quedó pensando en qué más llevar. Seguramente algo para ella, pero que fuera sólo para ella. Entonces claro, decide llevar flores. Un ramo de flores. Va cruzando dos o tres esquinas, y se encuentra con una disyuntiva. En la esquina habían un par de puestos con flores, y a mitad de cuadra una florería. El florero del puesto le decía "¡regálele un ramo de claveles, jóven!". Tanta precognización le molestó, así que enfiló a la florería.

Adentro de la florería habían cientos de macetas, cientos de kilos de tierra, y una serie de fuentes que hubieran quedado perfectas en varias plazas descuidadas que él conocía. Además de eso, habían cientos de posters que le hicieron recordar por qué no había hecho biológico. La flor, el tallo, el pistílo, la fotosíntesis... la biología en general. ¿Y si para él las flores eran una metáfora de otra cosa? ¿Y si a él le interesaba mirar las flores, y no descubrir sus millones de procesos para ser lo que eran? Igual, a quién le importaba. Es que a él no le gustaba la furia descontructiva de la teoría en las cosas de las que gustaba. No le gustaba teorizar del amor, no le gustaba teorizar de la música, no le gustaba teorizar de las fotos, y detestaba teorizar de las flores, más allá de la utilidad práctica que pudiera tener teorizar de cualquiera de esas cosas. Es que había cosas que era mejor no medir, para él.

En medio de la reflexión se encontraba cuando llegó a la casa. Él ya la conocía, de todas maneras. Sabía que pasando el estudio estaba el patio, que era como varios patios dividos por hileras de macetas, con flores rojas y amarillas para un lado, y azules y lilas para el otro. Tenía un aroma rico, que le evocaba a algún parque del que habría leído antes. Que los marcos de las puertas eran de madera lustrada, cedro o alguna cosa así. Algunas puertas de la casa tenían vidrios, y todo estaba decorado con mucha elegancia. La elegancia en una casa le inspiraba algo de miedo, pero bueno, ahí estaba.

"¡Hola amor!" Dijo dándole las flores. Ella se rubirizó, le dio un beso y lo invitó a pasar. Todo fue bien desde que ella puso las flores en un florero. Según la suegra, eran "¡un detalle bellísimo!".

Etiquetas: asociación libre de ideas

posted by Diego at 18:06 0 comments

Sobre uno de mis fragmentos favoritos

miércoles, 4 de julio de 2007

“Entre las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar fotografías, actividad que debería enseñarse tempranamente a los niños pues exige disciplina, educación estética, buen ojo y dedos seguros. No se trata de estar acechando la mentira como cualquier repórter, y atrapar la estúpida silueta del personajón que sale del número 10 de Downing Street, pero de todas maneras cuando se anda con la cámara hay como el deber de estar atento, de no perder ese brusco y delicioso rebote de un rayo de sol en una vieja piedra, o la carrera trenzas al aire de una chiquilla que vuelve con un pan o una botella de leche. Michel sabía que el fotógrafo opera siempre como una permutación de su manera personal de ver el mundo por otra que la cámara le impone insidiosa (ahora pasa una gran nube casi negra), pero no desconfiaba, sabedor de que le bastaba salir sin la Contax para recuperar el tono distraído, la visión sin encuadre, la luz sin diafragma ni 1/250.”
Extraído de Las Babas del Diablo, de Julio Cortázar.


Y así es como Julio me justifica como fotógrafo, o como intento de. Por este tipo de cosas es que se gana un lugar en mi corazón. Además, me deja latente la idea de que el que escribe es también un fotógrafo, y que Julio no sólo hablaba de la fotografía, sino de todas las artes, porque estoy seguro de que no hay genio que no reuna esas tres cualidades. Hasta ahora, de las tres artes en las que he incursionado seriamente (escritura, fotografía y música), me lo han demostrado. Que hay que ser disciplinado, que hay que ser educado en cuanto a la estética y que hay que tener los dedos seguros, tanto para fotografiar ese brillo de ese rayo de sol en esos ojos, como para decir lo que se nos ocurra o para tocar esas notas una atrás de la otra. De aquí podemos hablar de esa idea de Borges, que decía que todos los escritores eran el mismo, y que toda la literatura era la misma, y que todo era uno y muchos y así hasta el infinito (que es muy parecido a la nada), y que todas las artes son el Arte.

Pero me aparté de mi idea original, que era profesar mi aprecio hacia las palabras de Julio, y de cómo vindicaban a los artistas. ¿Quién no querría tener esas cualidades? Creo que el éxito en cualquier arte nos indica como inequívocos poseedores de esas cualidades.

En mi caso, mis fotos tienen cierta aceptación, y eso me llena de orgullo. Si alguna vez, en el medio de la depresión, soñé que mi persona ya no existía, que nunca había existido, que nunca lo haría, y que si lo hacía en cualquiera de las tres instancias sería sin importancia (“baladí”, dijera Borges), y que si había alguna manera de justificarme (y hacerme inmortal, porque así lo son las cosas con propósito), era a través de mis obra y de mi obra, porque tienen un carácter mucho más eterno que nosotros; me encontré con que, de alguna forma u otra me hice inmortal, de alguna forma u otra me salvé (de mí, seguramente), y de alguna forma u otra ya estoy del otro lado.

El sentimiento de que estamos ganando, de que para mí y todos los que soy, para todos los que somos, las cosas están saliendo bien de alguna forma u otra, me infla el pecho de alegría. Cada vez que siento que a alguien le gustan mis escritos, mis fotos, mi música, mis palabras, mi mirada o mis abrazos, la alegría se apodera de mí y me reduce a una masa tímida de persona, en la que todos mis yo se sonrojarán (para adentro o para afuera), dirán “gracias” o “no es nada”, sonreirán, y en el caso del abrazo lo repetirán.

Pero sí, cada vez más arriba en la tabla, cada vez más encima, cada vez más infundadas mis alegrías, pero cada vez más alegres. Julio, que seguro es mi “ídolo” me acaba de decir que cada vez que me gusta mi trabajo (mi trabajo, mi obra, mis obras, mis acciones, mis actos), tengo disciplina, educación estética y dedos seguros. ¿Cómo podría sentirme más halagado?

Al momento de dejar de escribir estas hojas, la alegría me invade; estoy en un Mc Donalds, escuchando música malísima (se nota que me saqué el sombrero de músico, así como Michel se podía sacar el de fotógrafo), el cafe´se me acabó y en un rato tengo un examen. Nunca más infundadas mis alegrías, pero nunca más alegres.

Será que me estoy terminando de enloquecer, pero, ¡estamos ganando! “¡Vivan locos, vivan, los locos que inventaron el amor!” Y hoy, el amor (como el Arte) es una puerta abierta, mucho más que nunca.


Diego Pérez, 3 de Julio de 2007, Montevideo

Etiquetas: porque pintó

posted by Diego at 0:29 0 comments

El Valiente y Malhablado Nuñez

viernes, 29 de junio de 2007

“Desde un punto de vista filosófico, y hasta literario, perder un bondi es que la vida se te pase, que se te pierda la oportunidad, la chance de seguir y llegar velozmente a donde queríamos hacerlo; en fin, una cagada mayúscula.”, pensó Nuñez, acto seguido de putear al “cornudo del cientonoventaydó”.

Pero a Nuñez, que era un tipo analítico, en especial de sus metáforas, le encantaba buscarle un octavo sentido a las cosas. Según sus amigos, utilizando términos acuñados en las más altas cátedras de psicología que han habido a lo largo de la historia, él era en ocasiones un “obsesivo de mierda”, y en otras un “histérico de mierda”. Entonces, sabía que perder un bondi no era perder para siempre una oportunidad, porque podía caminar. Eso sí, iba a ser más complicado, “pero bueh”, dijera él. También pensó (qué tipazo Nuñez) que distinta era la cosa si perdía un tren, y que la metáfora devenida en dicho se habría forjado en la Inglaterra de la revolución industrial (“to miss the train”), y ahí sí era un problemón, porque el tren pasaba cada muerte de obispo (sujetos longevos si los hay) y caminar se complicaba. Hacía un frío de mierda allá.

A su vez sabía que la vida no admite tanta repetición de discurso sin mostrar un ejemplo. Acto seguido de pensar en eso, cual consecuencia directa del destino, siente que su pie se hunde lentamente en algo que parecería barro en un día lluvioso, pero el sol rajaba la tierra, literalmente. Su pie se hundió en, valga la redundancia, un montón de mierda.

“Así que el cornudo del cientonoventaydó, el frío de la Inglaterra y yo, buscando significados, encontrando en todo una metáfora, estamos hechos de esto, como el perro ese. Perro de mierda” Nuñez hablaba solo, pero no le importaba. Eran las ocho de la mañana, hacía calor, no había un alma en la calle y acababa de pisar a la mitad más uno del universo, sino más, o mejor dicho a la materia que lo compone.

Entre reflexión escatológica y metafísica, cruzó al parquecito a limpiarse los zapatos. Al ratito ya estaba limpito, pero el olor a universo persistía. “Qué le vamo a hacer”, y se puso a caminar.

Cada tanto una bocina le gritaba alguna injuria (“¡BEEEEEEEEEEEEEP!”) y pensaba que era una atrevida (de mierda, por qué no) y que a quién se le ocurría a esas horas. Sigue su camino, el valiente Nuñez se tira a cruzar la avenida. Nada, nada, un 192, una puteada y estaba del otro lado. Entra al bar, “Mozo, ¡un cortado!” y se sienta. Deja el saquito, el maletín y se va al baño.

Comprueba, empíricamente mediante observaciones cuasicientíficas que todavía tenía olor a 192, perro, histérico y universo, todo junto y licuado. “Qué lo parió”, dijo el malhablado y valiente Nuñez, en una voz poco baja. Pero como no tenía mucho para hacer (“No puedo escapar al universo, ni a sus marcas” –pensó–) se fue a la mesa.

Enseguida le trajeron el cafecito, y empezó a tomarlo. En eso cae Magalí, la rubia del laburo, la que todos miraban y querían para sí, y se le sienta al lado.

–Pero qué carita, muchacha –dijo después de los saludos y el 'holacómoandás'– ¿gripes de primavera?

–Ay, sí. Es terrible; ya no le siento el gusto a la comida. Mañana caigo –sentenció–

Enseguida Nuñez pensó que Magalí escapaba a su universo, y que se estaban tomando un cortado, que ya había leído esa escena, que la había visto y que no había vuelta atrás.

A su vez –se dijo– 'no se come donde se caga', pero al fin y al cabo del universo nadie escapa. Entonces le dijo: “Qué linda que estás con la nariz tapada”.


Diego Pérez, Montevideo, 2007.

Etiquetas: "el realista"

posted by Diego at 18:19 0 comments

Julito, Polvo y Dueños de Casa

domingo, 17 de septiembre de 2006

Después de años de experiencia, he llegado a la conclusión de que nada es seguro. Como decía Julito, uno se cree que tiene la pera de fierro y de repente se la hacen sonar de una piña. Y sí, no importa cuán lejos lleguemos, cuántas cosas hagamos, miremos, leamos o dejemos de leer.

DE LAS ALFOMBRAS

Supongamos que estamos parados, nosotros y nuestras cosas, sobre una gran alfombra. Y estamos parados tranquilos, cómodos, en un tapiz bonito. Cada tanto la aspiramos, cada tanto la barremos, cada tanto nos sentamos a contemplarla. El problema de las alfombras es que tienen un montón de mierda abajo. Cosas sucias que el dueño de casa no quiere que los invitados vean. Cada tanto la basura se porta y hace molde. Está ahí nomás, solita y nosotros ni nos damos cuenta. Cada otro tanto, la basura se deja ver en la alfombra y a veces solo turba la vista, a veces nos da un poquitito de alergia y a veces nos enferma sin más. Qué problemón.

DE LA MOVILIDAD DE LAS ALFOMBRAS

Otra característica de las alfombras, es que son móviles. Cada tanto el dueño de casa quiere poner un poco más de basura bajo ella y la tiene que levantar. Acá también el movimiento es relativo; capaz que tenemos suerte y no nos movemos mucho, capaz que no y nos caemos de boca. Puede ser, dadas esas casualidades, que quedemos tan desorientados que nuestras cosas nos resulten extrañas.
¿Y si el dueño de casa se despierta jodón? Pensalo así: el tipo ve un montón de seres haciendo su vida en la alfombra, se paran, bailan, cantan, viajan, levantan edificios, se aman y se matan. Seguro que al muy jodón le resulta increíblemente divertida la idea de agarrar cuidadósamente la alfombra por dos de sus extremos y tirar de ellos.

DE LA POST-MOVILIDAD DE LAS ALFOMBRAS

Entonces tira de ellos y ahí no hay suerte que valga. Te vas a ir de boca, te vas a caer. Vos, tus cosas y las del de al lado, ¡y ahí no hay tutía! Te jodiste. Te va a doler, vas a sangrar, vas a aspirar toda la basura que estaba debajo de la alfombra, la nariz se te va a tapar con el polvo que mordiste hace un rato, te vas a enfermar. Vas a sufrir. Entonces, cuando te cures, o mismo a la vez de que lo hagas, no vas a tener más remedio que empezar a armar todo de nuevo. La movilidad esta, no está regida por ningún tipo de ley. No hay teoría que postule un método de medir la histeria del dueño de casa y mucho menos hay una manera de prevenir que todo se venga abajo de manera violenta pero divertida a la vista. Si hay algo que podemos hacer, es buscar algo inamovible, tener con nosotros esas bases que nos permitan hacer todo de nuevo más rápido.

EPÍLOGO

Verán, nunca creí que lo que no me mataba me hacía más fuerte. Para mi lo que no nos mata nos desgasta y nos hace más amargos. Si fuera más fuerte tendría esperanzas de algo y podría salir adelante. Pero no, mi alfombra era bonita, me la movieron, me caí, me di de boca, me enfermé y ahora, haciendo uso de esas cosas inamovibles trato de hacer las cosas de nuevo. No soy más fuerte que antes. Tengo experiencia y no me afectan las mismas cosas, pero no soy un tipo más duro ni nada por el estilo. Soy más débil, diría yo. Pero che, andá a saber. Mientras vas, yo me voy a rehacer mi vida en la alfombra. Hasta que el dueño de casa se decida a moverla de nuevo. Seguro que será divertido.

Etiquetas: uno que me gusta

posted by Diego at 5:01 0 comments

Tareas Pendientes al 12/8/07

lunes, 13 de agosto de 1990

Sobre "Julito, Polvo y Dueños de Casa":
  • Escribir un inciso en el que la alfombra se mueva sola.
  • Escribir un inciso en el que no hay basura, ni alfombra, ni quien la sacuda en realidad, sino que las sufrimos porque queremos ver al mundo y la vida bajo esa metáfora.
  • Escribir un inciso que torpedee los argumentos del inciso propuesto en el item anterior.
Sobre Haikus:
  • Tres momentos, Tres Haikus.
Asociación Libre de Ideas:
  • Componer un texto que tenga algún tipo de sentido y finalidad estética que utilice 10 de los siguientes términos:
Clavel: flor, olor, aroma, novias, puestos, esquinas, jardines, patios, clave, cielo, paisajes, fotos, primeros planos, florería, ramos de flores, tierra, macetas, floreros, pasto, plazas, tallo, pistilo, fotosíntesis, biología, horror. Biológico, indecisos, perfume.

Etiquetas: Tareas

posted by Diego at 12:00 0 comments

Símbolos

domingo, 12 de agosto de 1990

Leer:
  • "La Inundación", de Ezequiel Martínez Estrada.

¿Qué podría simbolizar?

Etiquetas: Libros, Tareas

posted by Diego at 13:03 0 comments

Elementos Fantásticos en la Narrativa (Cortázar)

Leer:
  • No se Culpe a Nadie
  • Continuidad de los Parques
______________
  1. ¿Hay algún elemento inverosímil?
  2. ¿Hace inverosímil a todos y cada uno de los demás elementos o el conjunto del relato?
  3. Que se refiera algo inverosímil, ¿desvincula al relato de la realidad?

Etiquetas: Libros, Tareas

posted by Diego at 12:51 0 comments

Libros Pendientes

He aquí la lista de todos los libros o cuentos que tengo que ir leyendo, que he ido anotando en mis apuntes:
  • "La Inundación" Ezequiel Martínez Estrada
  • "No se Culpa a Nadie" Julio Cortázar [x]
  • "Continuidad de los Parques" Julio Cortázar [x]
  • "Los Primeros Hombres en la Luna" H.G. Wells
  • "El Alimento de los Dioses" H.G. Wells
  • "La Miopía de Rodríguez" Leo Masliah
  • "El Reino de Este Mundo" Alejo Carpentier [x]
  • "Abecedario Médico Cantón" Cantón
  • Todo Raymond Carver
  • "Memorias de la Guerra del Cerdo" Bioy Caseres
  • "Nostromo" Joseph Conrad
  • "Coles y Reyes" O. Henry
  • Summehill

Etiquetas: Libros

posted by Diego at 12:41 0 comments

  • Sobre mí

    Barra de Valizas, año 2007

    Me llamo Diego, tengo 17 años y me gusta leer cosas.

  • www.flickr.com
    This is a Flickr badge showing public photos from Mockee. Make your own badge here.

    Links

    • El Milagro
    • La Salvación
  • Archivo

    • Sobre la Tristeza
    • Nuevas Lecturas
    • Dale Pasado Corré e
    • Nace Una Estrella
    • Sitiados
    • Argumento para un cuento, o para una novela corta,...
    • Diálogo a la madrugada
    • Relato Fantástico
    • Teoría y Cháchara
    • Sonoridad

    Archives

    • 12/8/90 - 19/8/90
    • 17/9/06 - 24/9/06
    • 24/6/07 - 1/7/07
    • 1/7/07 - 8/7/07
    • 22/7/07 - 29/7/07
    • 29/7/07 - 5/8/07
    • 12/8/07 - 19/8/07
    • 2/9/07 - 9/9/07
    • 7/10/07 - 14/10/07
    • 28/10/07 - 4/11/07
    • 18/11/07 - 25/11/07

© 2007 Aprendiendo a Hacer Literatura | Blogger Templates
No part of the content or the blog may be reproduced without prior written permission.