Digamos que es una curva, en la que quise empezar por lo más elevado de todo, y luego me pasé para la guarrada, pero sin llevarla con altura. Falta de ideas y de tiempo. Normalmente sería un borrador, pero como esto es taller todo sirve. Saludos Juan!


- ¡Basta pasado de perseguirme de lejos! ¿No te alcanzó con el tiempo que fuiste presente? ¿No te parece que he hecho lo suficiente para alejarme de vos? ¿Y por qué me perseguís así, de lejos? No te parece de una crueldad fantástica, seguirme tan de cerca sabiendo que no me vas a alcanzar, y que yo como soy un hombre sólo puedo ir hacia adelante? ¿Que no importa hacia donde mire, mis pies, o el piso, se van a mover inexorablemente en dirección opuesta a vos? ¿No te parece cruel llamarme la atención cada vez que me doy vuelta, cada vez que miro al frente? ¿Cuántas veces más me vas a llamar la atención de un piedrazo? -Pero claro, el pasado no entendía de palabras, y mucho menos de razones. Otra vez le sacaba el polvo a los discos viejos, a la campera ya con agujeros, ya desteñida, prendía y apagaba con desdén su pipa, con el encendedor que el pasado le había obsequiado, y otra vez pensaba en los olores, en los sabores, en el vaivén del pasado caminando a su lado, esperando que a ambos el humo y el olor del tabaco los aplacaran de alguna manera. Se podía decir que le había vuelto a doler; ya la esquina era de nuevo la esquina de ese invierno, de esa primavera que no fue tal, de ese verano que fue verano por poco, ya el cartel ese volvía a ser el cartel que estaba a fuego en las memorias de ambos, ya la librería no era sólo un lugar donde vendían libros, ya la mañana, ya los barcos, los autos, la soledad y los comentarios habían vuelto a ser lo que eran, como cuando el pasado lo corría bien de cerca. Hacía tiempo que no se le plantaba como un eterno espejismo detrás suyo.

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